El uso de indicadores sanitarios para calcular, comparar y aumentar la calidad de la gestión y atención sanitaria está muy extendido en la actualidad. En España, esta tendencia ya está completamente asentada y se basa en el documento oficial “Indicadores de Calidad para Hospitales del Sistema Nacional de Salud” y el manual “Estándares de calidad de cuidados para la seguridad del paciente en los hospitales del Sistema Nacional de Salud”. Estos manuales contienen una serie de indicadores de calidad y seguridad que permiten analizar y comprobar la eficiencia de los centros de salud.
Todos los hospitales deben asegurar que los pacientes reciban una atención sanitaria con unos estándares de calidad correctos y semejantes en todo el territorio nacional. Estos indicadores son, por tanto, una herramienta para garantizar que los sanitarios prestan un servicio eficiente que cubre las necesidades y expectativas de la población. Veamos cuáles son.
Indicadores clave de la gestión sanitaria
Hay un gran número de indicadores de gestión sanitaria, pero hay algunos que, por su importancia, son considerados claves. Gracias a la información que aportan, los encargados de gestionar los centros hospitalarios pueden tomar las mejores decisiones, adecuarse a las necesidades de los pacientes y utilizar los recursos que tienen a su alcance de forma más eficiente. Esto implica que los gestores sanitarios necesiten disponer de estos datos actualizados para llevar a cabo acciones equilibradas en coste y efectividad.
A continuación, recogemos algunos de los indicadores sanitarios más importantes y sus tipologías:
Indicadores estructurales y de actividad
Estos indicadores revelan la capacidad y la presión de trabajo que absorbe el centro hospitalario. Estos son algunos de los más destacados:
- Nº de camas disponibles.
- Nº de camas ocupadas.
- Nº de trabajadores (personal facultativo y residentes de especialidad hospitalaria).
- Nº de altas de hospitalización diarias.
- Nº de altas de CMA (Cirugía Mayor Ambulatoria) diarias.
- Nº de urgencias hospitalarias.
- Nº de consultas externas (primeras visitas).
- Nº de UPH (Unidades de Producción Hospitalaria).
- Gastos de explotación (gasto de personal y gastos de aprovisionamiento).
Indicadores de calidad asistencial
Hay diversos, pero algunos de los más relevantes son:
- Índice de mortalidad ajustado por riesgo.
- Índice de complicaciones ajustado por riesgo.
- Índice de readmisiones ajustado por riesgo.
Si cualquiera de los datos resultantes fuese demasiado elevado, el gestor debería realizar un análisis más cualitativo para tratar de ver qué desajuste se está produciendo y tratar de corregirlo.
Indicadores de eficiencia económica
Si lo que se busca es medir el aprovechamiento de los recursos económicos del centro hospitalario, se debe tener en cuenta los siguientes indicadores sanitarios:
- Coste de producción ajustado por línea de producto.
- Productividad (Unidades de Producción Hospitalaria / personal sanitario).
- Coste de aprovisionamiento por Unidades de Producción Hospitalaria ajustada.
A través de la medición de estos parámetros, los gestores podrán localizar si los gastos son o no equilibrados.
Por qué son tan importantes los indicadores de gestión sanitaria y sus limitaciones
Como afirmaba William Thomson Kelvin, físico y matemático británico, “lo que no se mide, no se puede mejorar”. Gracias a esta forma de medir y evaluar la labor de los centros que nos brindan los indicadores sanitarios, los responsables de los mismos pueden redistribuir los recursos para ser más eficientes e incrementar el bienestar de los pacientes.
Por lo tanto, los indicadores de gestión sanitaria se han convertido en un aliado esencial y consolidado para garantizar un buen servicio sanitario a todos los niveles. A través de esta herramienta de medición, tanto sanitarios como pacientes podrán beneficiarse de una mejor gestión sanitaria.
El número de indicadores de gestión sanitaria existentes es muy elevado y, por ello, para garantizar una buena medición y evaluación es aconsejable monitorizar tantos como sea posible con el fin de evaluar el mayor número de elementos que afecten a la calidad del servicio de salud.
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